¡Noticias!

Después de casi un año sin publicaciones o avisos, he regresado y con nuevas (y espero buenas) noticias.
El blog no solo tendrá las historias que ya conocen, sino que ahora también encontrarán los capítulos de algunos libros, subiré nuevos capítulos de libros e historias por igual.
Espero que no hayan olvidado el blog y que pronto seamos más.
Lili Vulturi Mellark.

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5 oct 2011

Capítulo 24: Luna de miel


Alec y yo nos subimos al auto, solo Jessica, Jane, Alexis y Marco se despidieron de nosotros. En menos de 15 minutos llegamos al aeropuerto, Alec fue por los boletos, cuando vi el mío el destino me sorprendió, decía Australia.

-¿Australia?
-Es solo una parada, el verdadero destino es otro más exótico.

Después de unas horas de vuelo Alec me despertó, nos dirigimos a un pequeño Jet privado el cual nos llevó a nuestro verdadero lugar de luna de miel. A los pocos minutos vi a lo lejos una hermosa isla:


Cuando el Jet comenzó a bajar vi con más detalle aquel lugar:

Cuando aterrizamos había un Jeep esperándonos, un hombre subió las maletas en la cajuela. Después de unos minutos de viaje llegamos a una caballa, la cual al final resultó ser la recepción del hotel.

Un botones nos llevó hacia nuestra cabaña, la cual era la última en la hilera de cabañas, era más grande que la recepción.

La cabaña era hermosa por dentro, parecía la habitación más cara del mejor hotel. Mientras miraba la habitación sentí unos brazos fuertes rodeándome la cintura.
-¿Te gusta la habitación?
-Me fascina, Alec.
Durante 2 días Alec me trajo de una lado al otro, como si temiera que algo pasara si estábamos mucho tiempo en la cabaña, cuando regresábamos por la noche yo caía muerta de sueño y apenas podía comer.
El tercer día decidí no ir a ningún lado si Alec no me daba una explicación sobre porque no estamos en la cabaña. A las 5 y media como había prometido entro a la habitación en donde yo estaba parada esperándolo.
-¿Lista? –Pregunto Alec con una gran sonrisa, que se desvaneció cuando vio mi cara.
-¿Por qué nunca estamos en la cabaña?
-Mar, yo…te explicare todo...cuando regreses a tu color normal. –Me di cuenta después de esas palabras que mi cuerpo quemaba como si estuviera a punto de quemar algo, usando un consejo de Dídima para estos ataques, me logre controlar.
-Ya estoy bien, ahora habla. –Alec se sentó junto a mí, me abrazo y tomo una bocanada de aire para comenzar a hablar.
-No quiero que la historia de Bella y Edward se repita con nosotros, él sufrió mucho durante el embarazo de Bella, viendo como su hija se comía a su mamá por dentro rápidamente, ella y él sufrieron demasiado y yo no quiero que tu sufras, no quiero que pongas en riesgo tu vida, yo quiero que te conviertas cuando tú lo decidas, no cuando estés a punto de morir.
-Alec, eso no pasará, creme, solo intentémoslo.

Alec comenzó a besarme con dulzura, el beso subió de intensidad. Mi manos alborotaban su hermosa cabellara, el aferraba con sus manos mi cintura, poco a poco fuimos cayendo sobre la cama. Alec estaba sobre mí, apresar de eso nunca sentí un solo gramo de su peso. Rápidamente nos deshicimos de la ropa que en este momento nos estorbaba.
Las manos y besos de Alec recorrieron mi cuerpo, sus labios presionaron los míos en manera de permiso para lo que seguiría, separo un poco nuestros rostros y con una ligera sonrisa acepte…

Cuando desperté al día siguiente lo primero que hice fue darle un pequeño vistazo a mi cuerpo, no tenía un pequeño moretón, no había nada, lo que me hice pensar que lo de anoche fue un sueño.
-¿Estas bien? ¿No te duele nada? –Esas palabras hicieron que mi duda de anoche desapareciera.
-Estoy excelente.
Alec me dio un pequeño beso en la frente y se levantó.
-Lamento decirte esto, pero debemos irnos, Aro no quiere que pasemos mucho tiempo de luna de miel, no quiere un hibrido en la guardia. –Eso me lastimo, pero aun así me pare y me metí a ducharme, cuando salí Alec ya estaba terminando de empacar, me entrego un conjunto de ropa y se metió a duchar.
Antes de que Alec saliera fui a la cocina, tenía demasiada hambre. Abrí el frigorífico y saque lo primero que vi, lo que fuera era comida y tenía mucha hambre. Cuando acabe de comer me comencé a sentir un poco mal, me dieron muchas ganas de devolver lo que acaba de comer, después de unos minutos ese sentimiento desapareció.

Antes de que el avión aterrizara en Volterra Alec me dio unos lentes y una gorra, el se puso también lentes y gorra, cuando bajamos nos dirigimos al estacionamiento, donde se había quedado el auto estos días.
Cuando llegamos al castillo le pedí a Alec ir con Aro para informarle que quería convertirme hoy. La decisión fue apresurada, no quería que le hicieran algo a mi bebé si estaba embarazada, como pensaba yo, por los síntomas durante todo el vuelo, esperaba  que siendo vampira fuera más difícil dañar a mí bebé.

1 comentario:

María O.D. dijo...

¡Wow! de veras me intriga mucho esta historia, ¡ya quiero saber que pasara! :)