Corrimos hacia la enfermería, comencé a ver todo borroso, no
distinguía nada que estuviera cer o lejos de mí.
-Alec…- Él se detuvo, pareció que movió los labios, de pronto
deje de sentir las piernas…
{…}
-Ness…- Apenas logre terminar de decir su nombre cuando ella se
desmayó, logre atraparla y llevándola en mis brazos llegue a la enfermería, toque
la puerta con el pie rápidamente.
-Tranquilo, yo debería ser la alterada, se tardaron demasiado.-
Angélica estaba hablando sin parar, cuando abrió la puerta se dio la vuelta y
comenzó a caminar hacia la cama de Ness, sin fijarse en quien llevaba en los
brazos. –De verdad, ¿qué era tan importante como para no llegar…
-¡Cállate!- Le grite desesperado, fue cuando Angélica por fin
volteo. Coloque a Ness en la cama y Angélica corrió por algunas agujas, le saco
sangre a Ness y corrió hacia el microscopio que estaba conectado a una pantalla
de 40 pulgadas.
-Alec…- Angélica hablo sin despegar los ojos del microscopio y
luego señalo la pantalla. -¿Ves eso?- Me dijo mientras señalaba unas manchas
rojas y grises en la pantalla.
-Sí…- Respondí algo dudoso.
-Esos.- Señalo un montón de bolitas rojas. –Son de la sangre de
Ness y esos.- Esta vez señalo las manchas grises. –Es una especie de veneno, que
se intenta mezclar con las células de Renesmmee pero al hacerlo, las matan.
-¿Cómo podemos curarla?
-Necesitamos desintoxicar su sangre.
-Eso me queda claro… pero el cómo, no…- Mi voz subía de
intensidad al hablar. Solo espero que nadie de su familia o de la guardia este
cerca, se podrían dar cuenta de lo que siento por ella y eso no es bueno para ninguno
de los dos.
-Debemos darle por vía intravenosa sueros y una transfusión sanguínea.
-Hazlo.- Le dije tomándola de los brazos.
-Tranquilízate…- Se liberó de mi agarre y fue a una puerta gris,
la abrió y entro en lo que parecía un refrigerador, al salir tenía mala cara.
–No tengo ninguna bolsa de su tipo de sangre.
-¿Hay otra solución?- Corrí a tomar la mano de Ness entre las
mías.
-Sí, pero necesitamos que ella este despierta.
-Estoy bien…- La suave voz de Ness, justo ahora, era como oír a
la aves cantar después de una vida sorda. -¿Qué debo hacer?- Su voz mejoraba
poco a poco.
-Necesitas ir a cazar y no dejar de comer hasta que acabes con
toda la sangre de al menos 6 animales grandes.
-Eso es demasiado, solo puedo comer dos completos.
{…}
Las habitaciones a las que nos llevó Jane estaban del lado
contrario a la habitación de Renesmmee, lo cual nos enfadó a todos.
-Bella, Nessi nos oculta algo.- Desde que el dijimos que
vendríamos a Volterra él insistió en venir, porque tenía muchas ganas de ver a
Renesmmee, pero desde hace unos minutos que la vio está enojado.
-Es tu imaginación, mi hija es igual que siempre.- Yo también sospecho
que ella oculta algo pero si no le miento a Jacob, él intentaría saber que pasa
y si Ness guarda un secreto es porque de verdad es importante.
-Jacob tiene razón.- Edward se paró junto a Jacob. –No pude leer
su mente ni la de Alec, intente averiguar algo mediante Angélica pero ella
pensó todo el tiempo en Demetri.
-Ni yo he podido ver su futuro.- La voz de Alice llamo nuestra
atención.
-¿Desde cuándo?- Mi esposo tomo mi mano al preguntar.
-Hace más de cinco días.
-¿Por qué no nos lo dijiste?- Ahora yo estaba molesta.
-Porque creía que era porque se acercaba su cumpleaños…
-¿Dejas de ver su futuro cada vez que cumpleaños?- Edward
interrumpió a Alice y comenzó a gritarle.
-No…creí que esta vez pasó porque su desarrollo acabaría…- Alice
parecía sentirse realmente culpable. –Pero no se preocupen, no nos perdimos de
nada interesante.
-¿A qué te refieres?- Edward gruño levemente cuando Jacob se acercó
a Alice.
-Deja de pensar en eso…mi pequeña no tiene tan malos gusto,
Alice.
-Edward, ¿qué pasa?- Solté su mano y voltee a verlo.
-Ella cree que Renesmmee se va enamorar de un Vulturi.
-¡Esa es la mayor estupidez que he escuchado!- El cuerpo de
Jacob había comenzado a temblar. -¡Ella me ama a mí, solo a mí!- Cada vez
temblaba más, si no se controlaba, se convertiría.
-Jasper.- Susurre. E l
volteó a ver a Jacob, quien rápidamente se relajó.
-Jasper, tu puedes saber si Ness aun me ama…- Ahora su voz era
una súplica.
-En realidad no puedo.- Su voz fue tan relajada como siempre.
–No percibí sus sentimientos.
-¿Eso es posible Carlisle?
-Puede que sí.- Carlisle desapareció y cuando regresó llevaba un
libro en las manos. –Según esto, había un ser que junto con su Clan eran
inmunes a los dones, tanto físicos como mentales.
-¿Quién es?- Emmett por fin hablo.
-Una chica…
-Se más específico.- Rose parecía desesperada.
-La ex novia de Alec.- Carlisle hablo mientras buscaba algo en
el libro. –Su Clan ataco a los Vulturi, les causaron muchas bajas, casi acaban
con ellos y de pronto escaparon, después de 14 días de pelea, justo un día
antes de la Luna Llena.
-Eso es ilógico…si casi los acaban, ¿por qué irse?- Edward había
tomado el libro.
-Tal vez tenía un secreto…y Ness lo sabe.- Dijo con burla Jacob.
Todos volteamos a verlo. –Es broma, si así fuera, ella nos lo diría.
-Vamos.- Edward comenzó a correr tomándome de la mano. –Esta es
la enfermería.- Se detuvo frente a una puerta de donde se podía percibir el
aroma de Ness. Edward abrió la puerta.
El cuarto se parecía a la oficina de Carlisle cuando estaba embarazada,
pero esta además tenía instrumentos de laboratorio.
-Hola, soy Angélica.- La chica que estaba en la Sala de Tronos
salió de una puerta gris junto con una brisa fría, era un refrigerador.
-Nosotros somos los Cullen, familia de Renesmmee. Ellos son
Edward y su esposa Bella, Alice y su esposo Jasper, Rosalie y su esposo Emmett,
el novio de Renesmmee, Jacob, mi esposa Esme y yo soy Carlisle.- Carlisle
hablaba mientras nos señalaba a uno por uno.
-Es un placer conocerlos.- Angélica se acercó rápidamente a
Alice, Jasper movió a Alice hacia atrás de él, pero ella se colocó al frente otra
vez. –Alice, lo que hiciste fue maravilloso.
-Gracias Angélica. ¿Podemos hablar un momento?
-Claro, acompáñame.- Ambas se dirigieron hacia el refrigerador y
cerraron la puerta después de entrar.
-¿Qué dicen?- Todos volteamos a ver a Edward, creyendo que él podría
escuchar sus pensamientos, porque las voces no se lograban oír.
-No lo sé, no logro escuchar los pensamientos de ninguna de las
dos.
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