{…}
*** 3 días antes ***
Al despertar, me encontré con mi desayuno sobre la mesa, a pesar
de estar secuestrada y en el sótano, me trataban muy bien, lo cual era lógico,
no podían permitir que su sacrificio tuviera una mala salud.
Cuando termine mi desayuno Jeremy entro a la habitación.
-Hola pequeña.- Dijo con dulzura mientras me despeinaba con la
mano.
-¡Oye!- Le grite mientras me acomodaba el cabello.
-Jajajajaja….- Su risa era suave y dulce, totalmente distinta a
la de Jake. –Eso no importa.- Dijo Sentándose junto a mí, llevaba en las manos
una caja purpura. –Katherine te envía esto.
Al abrir la caja vi un conjunto de ropa, un mezclilla deslavado,
una camisa a cuadros negra y unos converse negros.
-Quiere que te des
una ducha y te pongas eso.- Dijo levantandose.
-¿Para qué?-
Pregunte dejando la caja en la cama.
-Quiere presentarte
ante La Orden.- Dijo rapidamente y salio.
…
-Eres rapida.- Dijo
la sedosa pero dura voz Alexander. Se levanto de la silla donde estaba y se
acerco rapidamnete a mi. –Te veías mejor con vestido y tacones.- Dijo viendome
de pies a cabeza. –La proxima vez te aseguro que sera un vestido.- Dijo con
cierta perversión y me coloco sobre su hombro, sosteniendo mis piernas sobre su
pecho.
-No es necesario que
me cargues, no voy a escapar.- Dije con furia.
No respondio y salio
corriendo de la habitación, recorrio los mismos pasillos y escaleras por los
que me llevo al calabozo, lo cual facilitaba mi escape. Alexander me bajo de su
hombro y me tomo fuertemente del brazo derecho, su agarre era tan fuerte que
juraría que la sangre había dejado de llegar a mi mano.
-Las ordenes de
Katherine fueron tratarla bien, no romprerle el brazo.- Dijo Jeremy.
En ese momento me di
cuenta que estabamos frente a una boble puerta de madera. La puerta se abrio
dejando ver una especie de comedor, las silla estaban ocupadas on hombre y
mujeres sumamente atractivos, aunque no tanto como los vampiros.
-Que bueno que
llegaron. –Dijo Katherine mientras se ponía de pie.
Alexander me jalo
del brazo obligandome a entrar a la habitación, y me coloco junto a Ketherine,
que se encontraba en uno de los extremos de aquella gran mesa de caoba.
-Queridos
integrantes del Clan, quiero presentarles, con gran placer a quien los librara
de nuestra eterna condena con la Luna, la Doppelgänger.
Ante esas palabras todos los presentes se levantaron de sus
asientos y comenzaron a aplaudir.
-¿Cuándo será el ritual?- Pregunto un joven alto, de cabello
oscuro y casi el mismo cuerpo que Alexander.
-Dentro de 2 días, justo en la Luna llena, solo en ese momento
la maldición podrá romperse para siempre.
Katherine se escuchaba realmente decidida a acabar con mi vida
para comenzar con la suya, parte de la leyenda que no me conto Jeremy decía que
la sangre de aquella joven y una piedra, habían sido quienes sellaron la eterna
maldición para los vampiros e hijos de la luna, se decía que si un día la Doppelgänger era
asesinada y su sangre era vertida sobre aquella piedra, la maldición se
rompería solo para aquel grupo que llevara a cabo el ritual, es este caso los
hijos de la luna quedarían sin maldición y los vampiros, en cambio, seguirían escondiéndose
a la luz del sol.
…
***Día del ritual***
Hoy sería
sacrificada para que los hijos de la luna pudieran tomar una mejor venganza en
contra de los vampiros, contra los que habían estado luchando los últimos
cientos de años.
-Ness, Katherine
quiere que te pongas esto.- Dijo con tristeza Jeremy mientras me entregaba una
caja azul marino. Al abrir la caja me encontre con un hermoso vestido strapless
negro, con unas pequeñas perlas en la parte de la cintura y plumas en la falda,
dandole un aspecto volatil.
Jeremy salio de la
habitación con un rostro que denotaba tristeza y culpa, sentimientos que
cualquiera tendría si le mintió a la persona que moriría ese día a manos de sus
secuestradores.
-Cuando la luna este
en su cenit colocate la capucha de la capa y sal corriendo, en ese preciso
momento es cuando nos encontramos más débiles.
-¿Por qué lo haces?-
Le pregunte mientras tomaba la capa y me la colocaba.
-Que te mentí, no te
conte toda la historia sobre la Familia de los Originales…
-Lo se.- Dije
dulcemente, le mostre lo que había visto mientras me arreglaba el cabello
frente al espejo de cuerpo completo que se encontraba por fuera de la puerta del
baño.
-¿Cómo hiciste eso?-
Me pregunto incredulo, él sabía que podía transmitir mis pensamientos por medio
del tacto solamente.
~Hace unos días
recorde algo sobre mis primeros meses de nacida, e hize lo que mi madre hacía
en mis recuerdos, darle un color a mi don y ver como se extiende a mi
alrededor. Es mucho el esfuerzo y me causa dolor de cabeza, pero es mejor que
estar tocando a las personas, así puedo usar mi don con los humanos sin que
ellos se den cuenta de que mi temperatura corporal es distinta a la de ellos.~
Le transmiti mis
pensamientos mientras tomaba un trozo de Verbena de la planta que había en mi
cuarto, aunque sigo sin saber para que ella allí la planta.
-La usamos para
estar siempre protegidos de los dones de los vampiros.- Dijo Jeremy,
repondiendo a mi pregunta.
….
Cuando llegamos a
bosque, me di cuenta de que el castillo donde había estado los últimos día
era realmente grandes, incluso más grande que el de los Vulturi, que junto a
este parecía ser una casa de muñecas.
-Recuerda, cuando
sea el cenit corre.- Susurro Jeremy justo antes de que Alexander me tomara de
la muñeca y me jalara hacía una roca alta, a la que le habían quitado el
centro, dejando un pequeño agujero donde entraba perfectamente una roca de
color perla.