¡Noticias!

Después de casi un año sin publicaciones o avisos, he regresado y con nuevas (y espero buenas) noticias.
El blog no solo tendrá las historias que ya conocen, sino que ahora también encontrarán los capítulos de algunos libros, subiré nuevos capítulos de libros e historias por igual.
Espero que no hayan olvidado el blog y que pronto seamos más.
Lili Vulturi Mellark.

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15 mar 2013

Capítulo 14:


{…}

*** 3 días antes ***

Al despertar, me encontré con mi desayuno sobre la mesa, a pesar de estar secuestrada y en el sótano, me trataban muy bien, lo cual era lógico, no podían permitir que su sacrificio tuviera una mala salud.

Cuando termine mi desayuno Jeremy entro a la habitación.

-Hola pequeña.- Dijo con dulzura mientras me despeinaba con la mano.

-¡Oye!- Le grite mientras me acomodaba el cabello.

-Jajajajaja….- Su risa era suave y dulce, totalmente distinta a la de Jake. –Eso no importa.- Dijo Sentándose junto a mí, llevaba en las manos una caja purpura. –Katherine te envía esto.

Al abrir la caja vi un conjunto de ropa, un mezclilla deslavado, una camisa a cuadros negra y unos converse negros.

-Quiere que te des una ducha y te pongas eso.- Dijo levantandose.

-¿Para qué?- Pregunte dejando la caja en la cama.

-Quiere presentarte ante La Orden.- Dijo rapidamente y salio.


-Eres rapida.- Dijo la sedosa pero dura voz Alexander. Se levanto de la silla donde estaba y se acerco rapidamnete a mi. –Te veías mejor con vestido y tacones.- Dijo viendome de pies a cabeza. –La proxima vez te aseguro que sera un vestido.- Dijo con cierta perversión y me coloco sobre su hombro, sosteniendo mis piernas sobre su pecho.

-No es necesario que me cargues, no voy a escapar.- Dije con furia.

No respondio y salio corriendo de la habitación, recorrio los mismos pasillos y escaleras por los que me llevo al calabozo, lo cual facilitaba mi escape. Alexander me bajo de su hombro y me tomo fuertemente del brazo derecho, su agarre era tan fuerte que juraría que la sangre había dejado de llegar a mi mano.

-Las ordenes de Katherine fueron tratarla bien, no romprerle el brazo.- Dijo Jeremy.

En ese momento me di cuenta que estabamos frente a una boble puerta de madera. La puerta se abrio dejando ver una especie de comedor, las silla estaban ocupadas on hombre y mujeres sumamente atractivos, aunque no tanto como los vampiros.

-Que bueno que llegaron. –Dijo Katherine mientras se ponía de pie.

Alexander me jalo del brazo obligandome a entrar a la habitación, y me coloco junto a Ketherine, que se encontraba en uno de los extremos de aquella gran mesa de caoba.

-Queridos integrantes del Clan, quiero presentarles, con gran placer a quien los librara de nuestra eterna condena con la Luna, la Doppelgänger.

Ante esas palabras todos los presentes se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir.

-¿Cuándo será el ritual?- Pregunto un joven alto, de cabello oscuro y casi el mismo cuerpo que Alexander.

-Dentro de 2 días, justo en la Luna llena, solo en ese momento la maldición podrá romperse para siempre.

Katherine se escuchaba realmente decidida a acabar con mi vida para comenzar con la suya, parte de la leyenda que no me conto Jeremy decía que la sangre de aquella joven y una piedra, habían sido quienes sellaron la eterna maldición para los vampiros e hijos de la luna, se decía que si un día la Doppelgänger era asesinada y su sangre era vertida sobre aquella piedra, la maldición se rompería solo para aquel grupo que llevara a cabo el ritual, es este caso los hijos de la luna quedarían sin maldición y los vampiros, en cambio, seguirían escondiéndose a la luz del sol.

 


***Día del ritual***

Hoy sería sacrificada para que los hijos de la luna pudieran tomar una mejor venganza en contra de los vampiros, contra los que habían estado luchando los últimos cientos de años.

-Ness, Katherine quiere que te pongas esto.- Dijo con tristeza Jeremy mientras me entregaba una caja azul marino. Al abrir la caja me encontre con un hermoso vestido strapless negro, con unas pequeñas perlas en la parte de la cintura y plumas en la falda, dandole un aspecto volatil.


Jeremy salio de la habitación con un rostro que denotaba tristeza y culpa, sentimientos que cualquiera tendría si le mintió a la persona que moriría ese día a manos de sus secuestradores.

-Cuando la luna este en su cenit colocate la capucha de la capa y sal corriendo, en ese preciso momento es cuando nos encontramos más débiles.

-¿Por qué lo haces?- Le pregunte mientras tomaba la capa y me la colocaba.

-Que te mentí, no te conte toda la historia sobre la Familia de los Originales…

-Lo se.- Dije dulcemente, le mostre lo que había visto mientras me arreglaba el cabello frente al espejo de cuerpo completo que se encontraba por fuera de la puerta del baño.

-¿Cómo hiciste eso?- Me pregunto incredulo, él sabía que podía transmitir mis pensamientos por medio del tacto solamente.

~Hace unos días recorde algo sobre mis primeros meses de nacida, e hize lo que mi madre hacía en mis recuerdos, darle un color a mi don y ver como se extiende a mi alrededor. Es mucho el esfuerzo y me causa dolor de cabeza, pero es mejor que estar tocando a las personas, así puedo usar mi don con los humanos sin que ellos se den cuenta de que mi temperatura corporal es distinta a la de ellos.~

Le transmiti mis pensamientos mientras tomaba un trozo de Verbena de la planta que había en mi cuarto, aunque sigo sin saber para que ella allí  la planta.

-La usamos para estar siempre protegidos de los dones de los vampiros.- Dijo Jeremy, repondiendo a mi pregunta.

….

Cuando llegamos a bosque, me di cuenta de que el castillo donde había estado los últimos día era realmente grandes, incluso más grande que el de los Vulturi, que junto a este parecía ser una casa de muñecas.

-Recuerda, cuando sea el cenit corre.- Susurro Jeremy justo antes de que Alexander me tomara de la muñeca y me jalara hacía una roca alta, a la que le habían quitado el centro, dejando un pequeño agujero donde entraba perfectamente una roca de color perla.